La violencia de género es una problemática que afecta al Ecuador y las mujeres son las principales afectadas. Según la II Encuesta Nacional de Relaciones Familiares y Violencia de Género contra las Mujeres, el 65% de mujeres en el Ecuador han experimentado violencias en diferentes ámbitos a lo largo de su vida y, de este porcentaje, 43 de cada 100 mujeres lo vivió en el espacio público (INEC 2019).
La Fundación Diálogo Diverso, gracias al apoyo de la Embajada de Canadá y HIAS Ecuador, realizó una investigación en las ciudades de Quito, Cuenca y Manta donde revelan que 9 de cada 10 mujeres han vivido abuso sexual en el espacio público. Estas cifras indican la vulneración de los derechos de las mujeres, pues recordemos que el Consejo de la Judicatura informó que en lo que va del 2023 se han registrado 263 víctimas de femicidio y otras formas de muertes violentas.
La investigación indicó que más del 90% de mujeres participantes han vivido violencia en el espacio púbico, dentro de la que se incluyen agresiones física, verbal y gestual. Se reveló que las formas de abuso sexual más comunes son: masturbación pública (96%), mandar mano (96%), presión de genitales sobre el cuerpo (95%). Además, más del 80% de experiencias de abuso sexual han ocurrido a plena luz del día. De estas, 39% sucedieron en el transporte público y 33% en calles o avenidas.
Este trabajo reveló que Quito es una ciudad insegura para que las mujeres de diferente edad, condición socio económica, grupo étnico, identidad de género y situación de movilidad humana, puedan ejercer sus derechos mediante la ocupación de espacios públicos, es decir el ejercicio del derecho a la ciudad y al territorio.
En términos de edad, son las mujeres jóvenes las más expuestas a este tipo de violencias, pues las mujeres de 15 a 24 años están muy expuestas, pues suman el 49,43% de los casos recopilados. A estos se debe sumar que el 21,84% reportó haber vivido una situación de abuso antes de los 15 años.
El sistema de transporte público, en sus diferentes modalidades, espacios e infraestructuras ha sido, quizás el más intervenido, en términos de campañas y socializaciones, dentro de la capital. Las iniciativas Bájale al Acoso de 2017 y Cero Acoso de 2022, implementadas por el Patronato San José son los esfuerzos institucionales más importantes.
Si bien el número de mujeres que han experimentado violencia en el espacio público en Quito es elevado, llama la atención que este es uno de los ámbitos de violencia con menos respuesta, con menores índices de judicialización y, en muchos de los casos, con escasas o nulas políticas públicas orientadas a su prevención, atención y reparación. La condición de la impunidad en el caso del abuso sexual en el espacio público está determinada porque la impunidad es, de manera simultánea, jurídica y social.
Las alarmantes estadísticas que arroja la investigación en Quito, indica que el sistema de transporte público es altamente riesgoso para las mujeres en todos sus elementos: terminales, estaciones, paradas y buses, ya que en general, no existen condiciones físicas, de seguridad y de gestión para prevenir y atender episodios de abuso sexual contra ellas.