El 2024 volvió a reflejar la realidad del país, pues, con el decreto de Estado de Excepción y Toque de Queda por parte del presidente Daniel Noboa, la situación de inseguridad en el país se agudizó, al puto de que se declaró la guerra a varias bandas narcocriminales. En el país la violencia se ha vuelto parte de la vida cotidiana de niñas, niños y adolescentes.
De acuerdo a un estudio del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), en el 2023, se registraron 770 homicidios contra niños, niñas y adolescentes de los cuales 248 homicidios fueron en contra niños menores de 5 años de edad lo que evidencia que los homicidios contra niños, niñas y adolescentes aumentaron 700% desde 2019 a 2023.
Además, 1 de cada 2 niños y niñas menores de 5 años es maltrato física o psicológicamente en el hogar. Según UNICEF es muy probable que un niño, niña o adolescente que experimenta algún tipo de violencia sea más propenso a experimentar otros tipos de violencia a lo largo de su vida o que actúe de manera violenta en un futuro.
La organización lleva a cabo una campaña denominada #crotalaviolencia que busca disminuir los índices de violencia infantil del país. Para cortar la violencia UNICEF enumera varias recomendaciones:
Padres, madres y cuidadores:
- Cortar las ideas de disciplina violenta: dejar de pensar que los golpes, gritos, insultos o amenazas son formas válidas educar, pues la disciplina violenta siempre daña.
- Establecer rutinas de cuidado positivas: Es importante que los adultos al cuidado de los niños se pongan de acuerdo sobre las normas de convivencia en casa y las expliquen de forma clara a los niños.
Personas adultas:
- Todas y todos tenemos la obligación de proteger a las niñas y niños de nuestra comunidad.
- Todas y todos tenemos la obligación de prevenir la violencia en contra de niñas y niños en nuestra comunidad.
El Estado:
El Estado tiene la obligación de garantizar que los derechos de niñas y niños se cumplan en todo momento. Para esto debe contar con políticas, programas y servicios que permitan la prevención de la violencia en todas las esferas de la vida de un niño, así como también brindar servicios de atención eficientes para niñas y niños que han sido víctimas de violencia.
Es importante entender que las bandas se están aprovechando de las condiciones de vulnerabilidad, de marginalidad, de pobreza, en que viven estos niños y niñas, que no tienen acceso a la educación, que vivían en entornos violentos y trabajar en esos factores de riesgo y que haya una respuesta institucional frente a esas vulneraciones.