La pobreza afecta drásticamente a gran parte de la población de Ecuador, en especial a personas de las zonas rurales, que pertenecen a pueblos indígenas y afroecuatorianos. Al hablar de pobreza casi nunca nos enfocamos en la afectación que tiene esta problemática con relación a niños, niñas y adolescentes. Durante el 2023, según el INEC, el 36% vivía en hogares empobrecidos.
La trata con fines delictivos y reclutamiento forzado en niños, niñas y adolescentes es otro de los temas focales que las organizaciones defensoras de los derechos de niñez y adolescencia buscan erradicar. Varios niños de las zonas de alto riesgo e inseguridad, mencionan que vecinos o compañeros han ingresado a grupos delictivos y han sido obligados a cometer acciones vinculadas a delincuencia como: robos, secuestros, extorsión, terrorismo y hasta asesinatos. El Consejo de la Judicatura ha registrado que en 2023 fueron 177 los adolescentes procesados por acciones delictivas.
La estrechez afecta al desarrollo personal y cognitivo de cada menor. La falta de recursos económicos ha provocado que muchos abandonen los centros educativos y se dediquen a trabajar junto con sus padres. En 2021, al menos 251.1127 niños, niñas y adolescentes estuvieron excluidos y con rezago escolar, es decir, 1 de cada 10 adolescentes y 1 de cada 20 niños y niñas, están fuera del sistema escolar. (UNICEF). Aunque varios contaron con educación en un inicio, fueron pocos los que terminaron con titulo de bachiller. MINEDUC registra que en Ecuador 5 millones de personas de 18 años y más, no han concluido el bachillerato, la mitad de ellos, no terminaron los diez años de educación básica.
Muchos infantes que renuncian a su derecho de educarse, no tienen una política de protección integral que los proteja. Ante esta situación, los niños son más vulnerables ya que permanecen en un trabajo informal como es la venta de dulces y frutas en la calle, pues su seguridad es nula durante ese tiempo ya pueden suscitarse accidentes, robos o secuestros. El INEC menciona que en 2022, alrededor de 270.340 de niños y niñas de 5 a 14 años, trabajaban. Se calcula que actualmente podrían ser 370.000, mayormente, en el sector rural.
En este tiempo, los niños se enfrentan a distintas circunstancias que interrumpen su crecimiento y desarrollo infantil, se les quita el derecho a ser niños y se les obliga actuar como adultos, reemplazan los juguetes por armas, los libros por dulces y su sonrisa e inocencia por llantos y malas experiencias. Una sociedad que no está preocupada por el futuro de cada infante y no crea conciencia ante cada situación de negligencia y peligro que se suscita a diario, no podrá encaminarse a un futuro y un cambio exitoso. Los niños, niñas y adolescentes piden a gritos ayuda, pero todavía no estamos dispuestos a escuchar, en muchos casos, obligándolos a apagar su voz.