La pandemia anuló los esfuerzos ciudadanos por cuidar el ambiente

El inicio de la pandemia por el Covid-19 marcó una nueva normalidad sanitaria, no sólo en la higiene, sino en el excesivo consumo de material desechable, especialmente de guantes, mascarillas, insumos médicos, empaques de comida para llevar, entre otros. 

Durante años se intentó promover la conciencia ambiental mediante la aplicación de las 4R´s:  Recicla, Reduce, Reúsa y Rechaza. En las Islas Galápagos, por ejemplo, en el año 2015 inició un proyecto para prohibir el uso de plásticos de un solo uso.

“Esa iniciativa nació por la decisión de los ciudadanos galapagueños y consistía en reemplazar (el plástico) por productos bio-compostables que sean más amigables con el medio ambiente”, explica Milton Rubio, experto en gestión de residuos sólidos. Sin embargo, con la pandemia se ha vuelto inevitable alejarse de los desechables; ya que, estos se han convertido en sinónimo de protección y sanidad.  

A medida que se actualizaba la información, se empezó a divulgar que el Covid-19 podía permanecer en las superficies por horas e incluso días. Esto bastó para que se promueva desmesuradamente el uso de plástico. “La pandemia generó en su primera etapa un abuso en el uso de plástico”, comenta Rubio. Según Mayo Clinic, hay estudios que mencionan que el contagio es poco probable por tocar superficies que han sido tocadas tres días después por una persona con Covid-19. 

Según la Organización de las Naciones Unidas (ONU), las ventas globales de mascarillas desechables aumentaron 200 veces en comparación con 2019. “Estas (mascarillas) podrían ir a parar a los océanos, dañar la flora, fauna y el ambiente”, aclara Rubio. 

El efecto de la pandemia en las recicladoras

La excesiva cantidad de desechos clasificables lograron colapsar las empresas recicladoras. Según el informe de la ONU, “en abril de 2020, el 46% de las instalaciones de reciclaje en el Reino Unido habían reducido o suspendido sus servicios de reciclaje”.

Milton Rubio, experto en gestión de residuos sólidos, explicó que la prohibición de movilización causó que los recicladores no puedan realizar sus recorridos para recuperar material reciclable. De esta forma, se duplicó la cantidad de productos reciclables que terminaron en botaderos de basura. “La reducción de desechos es muy importante para mantener un ambiente sano”, aclara. Esto genera una disminución de la vida útil de los espacios de disposición final. 

Respeto y convivencia

Según cifras del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC), en 2019, el 61,53% de hogares ecuatorianos clasificaron sus residuos. Casi un 10% más en relación al año anterior. De menor manera, se redujo casi el 5% el uso de bolsas de plástico. 

En la presentación del informe de este año del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, el autor, Juliano Calil dijo que “los impactos de esta pandemia han sido devastadores (refiriéndose a la lucha contra el plástico) y nos va a tomar muchísimo tiempo para realmente entender sus consecuencias a largo plazo”. 

En cifras globales del informe, se prevé que el 10% de los plásticos utilizados durante la pandemia serán reciclados y más del 70% llegará a los botaderos de basura o al medio ambiente. Hay que ser respetuosos con el medio ambiente y esto empieza separando los residuos sólidos en casa, sugiere Rubio.